martes, 27 de noviembre de 2007

Entrevista Flaviano Quispe

El reflejo del Ande
De un tiempo a esta parte, los cineastas provenientes del interior del país son quienes marcan la pauta en la escena cinematográfica peruana, tanto en Lima como en Provincia. Tuvimos la oportunidad de conversar con uno de los abanderados de este nuevo movimiento: Flaviano Quispe, en el marco de la trigésimo quinta sesión del coloquio Lo Cholo en el Perú.


Flaviano, usted viene de un hogar modesto situado en una de las provincias más pobres del Perú (Puno), ha sido desde vendedor de periódicos hasta director de una estación televisiva en su ciudad natal, ha viajado continuamente entre Puno, Cuzco y Lima ofreciendo sus artesanías. ¿En qué momento de su larga trayectoria es que decide hacer películas?
Mira, desde pequeño sentí una enorme fascinación por el cine. Tanto en Juliaca como cuando estuve brevemente en Lima, a los 12 años, me gustaba ir a ver películas antes que cualquier cosa. En especial las hindúes y las mexicanas, las cuales gustan mucho a la gente en provincia. Pero cuando decido hacer películas es luego de ver en televisión un reportaje acerca del cine en video que se hacía en Ayacucho. No recuerdo quien era el director, pero sí que trataba sobre un padre alcohólico que maltrataba a su hijo. Mientras veía ese reportaje, un amigo que se encontraba conmigo me dijo: mientras tú lo piensas (hacer películas), otros lo hacen”. Antes ya me había visto motivado por el éxito de un spot televisivo que realicé con motivo de la campaña electoral de mi hermano en Juliaca, postulaba a Regidor, en 1996. él terminó ganando y yo haciéndome cargo del primer canal de televisión de Juliaca. Ahí estuve casi un año. Luego decidí hacer un cortometraje a partir del cuento “Ushanan Jampi” de la obra Cuentos Andinos, del escritor Enrique López Albújar. Tanto fue el material grabado, que finalmente terminó siendo mi primer largometraje, El Abigeo.

La cual gozó de un tremendo éxito en Juliaca y posteriormente en varias ciudades del interior del Perú, pero no pudo ser estrenada en Lima. ¿A qué se debió ello?
Luego de llevar El abigeo a Puno, Moquegua, Tacna, Arequipa y otras ciudades del interior, decidí traerla a Lima para que pueda ser apreciada por otro tipo de público, pero no se pudo dar. Fui con una copia a la cadena de multicines Star, pero el formato en el que fue filmada la película, VHS, no se podía proyectar en el cine. Luego, cuando hice mi segunda película, El huerfanito, la filmé en digital y sí pudo ser proyectada pero solo por tres semanas, porque Troya y Van Helsing tenían que entrar en cartelera y ocuparon mi película tuvo que ceder su espacio.

Bueno, de todas formas en tan poco tiempo asistieron alrededor de 120 mil personas a verla. ¿Esperabas un éxito de tal magnitud? ¿Qué reacciones pudiste percibir entre los espectadores de la capital a diferencia de los que la vieron en Provincia?
Me sorprendió muchísimo. Imagínate que la gente seguía buscándola una vez que salió de cartelera. Acá en Lima la gente también se me acercaba a felicitarme, muchas personas se sintieron identificadas con Juanito (NR: el protagonista de la película), por su valentia frente al sufrimiento. Además, acá hay mucha gente de provincia que se vio reflejada en él porque ha sufrido la perdida de algún familiar querido a causa del terrorismo.

¿Y crees que para las personas que la vieron en Lima y han nacido en la capital, también tuvo el mismo efecto? ¿Piensas que tú película funciona en lugares cuyo contexto sociocultural es diferente al del ande peruano?
De hecho la película ha sido proyectada y ovacionada también en el extranjero. Recientemente estuvo junto con otras producciones andinas en un festival de cine Alemán, gracias a una gestión de Klaus Heder (NR: secretario general de la Federación Internacional de Críticos de Cine, FIPRESCI) y del Instituto Goethe. Hay mails de peruanos residentes en el extranjero que me comentan que venden copias piratas de mis películas circulando con bastante éxito en Brasil, Bolivia, Ecuador y otros lugares de Latinoamérica. Incluso, estuve caminando recientemente por La Paz y vi una copia de El huerfanito a la venta. El vendedor me comentó que la piden mucho. Fue muy gracioso.

Te lo pregunto porque el año pasado se desató una gran polémica en torno a una película de temática andina: Madeinusa, de Claudia Llosa. Muchos la descalificaron por retratar el mundo del ande peyorativamente, por ser una obra plagada de prejuicios, principalmente a raíz de que mostraba en la pantalla imágenes incestuosas y una fiesta pagana en la que abundaba el licor y el pecado. ¿Llegaste a ver la película? o, al margen de ello, ¿cuál es tu opinión al respecto?
Claro que sí, y también quedé disgustado. La vi con Jaime Luna Victoria (NR: crítico de cine que preside el Cineclub del Centro Cultural CAFAE de Miraflores) en el Cineplanet Alcazar. Luego de la función, ambos dimos nuestras opiniones al respecto. A él le gustó básicamente por cuestiones técnicas y por la historia. Yo en cambio me sentí ofendido porque el mundo del ande no es así. Madeinusa es una película peruana que no nos representa. Imagínate qué ideas se harán en el extranjero al verla. Me pregunto que pasaría si se realiza una película con un argumento similar pero desde un punto de vista andino. Seguramente aquí reaccionarían igual y hasta peor.

En realidad es muy complicado acercarse al mundo del ande desde una perspectiva tan occidentalizada como la de nosotros los limeños. Acá somos muy prejuiciosos y acomplejados al respecto. Algo similar sucedió en los años ochenta con la obra de La Escuela Cuzqueña y de Federico García. El docente y ensayista cinematográfico Balmes Lozano publicó un ensayo, titulado "Batallas del cine peruano", a manera de respuesta a los críticos de la revista Hablemos de cine, quienes tildaban las películas andinas de folcloristas y pintorescas. Lozano decía, en cambio, que éstas debían ser entendidas en función del contexto sociocultural peruano más que a un nivel formal. Pero Lozano omitía el hecho de que somos una sociedad mestiza marcada tanto por la influencia española como incaica. Por ello, no se pueden negar la una a la otra. En ese sentido, y yéndonos a la inversa, usted, como cineasta del ande, ¿qué apreciación tiene de las películas que se hacen en Lima?
Me parece que copian modelos extranjeros que no se corresponden con nuestra sociedad. Yo veo sus películas y me resultan falsas, increíbles. Nosotros, en cambio, hacemos un cine más intuitivo, y de mayor relación con las cosas que pasan en nuestras tierras. Mi película El abigeo, por ejemplo, es fiel reflejo de algo que sucede en muchas partes del Perú. Es por eso que el público acude masivamente a ver nuestras películas.

En ese sentido su cine es más purista pero también, debido a la precariedad en la que se desarrolla, más limitado. ¿Qué autocrítica le haría a las películas que forman parte de este nuevo movimiento?
Es evidente que nos falta bastante tanto a nosotros como al público mismo. Lamentablemente, la gente está acostumbrada a ver solo un tipo de películas, las que provienen de los Estados Unidos. Pero a nosotros como cineastas eso también nos afecta porque no podemos ver más cosas, provenientes de Europa, por ejemplo. Yo sé que tenemos muchos problemas, sobre todo en cuestiones técnicas, pero esas cosas se están superando poco a poco. Veo mi primera y mi segunda película y noto un progreso, una mejoría. De la misma manera veo la obra de mi paisano Henry Vallejo, o del huancaíno Nilo Inga y puedo admitir que me han superado técnicamente.

Ahora que menciona a sus colegas del interior, hay una cuestión que deja entrever cierto recelo entre ustedes. Me refiero a la enemistad existente entre dos de sus cineastas más representativos en relación a la autoría de Jarjacha, o a la constante pugna que tienen respecto a quién fue el primero en hacer películas en provincia. Ahora último nomás, llamó la atención que el supuesto precursor del cine de referente andino, Mélinton Eusebio, no formara parte de los fundadores de la nueva Asociación Peruana de Cineastas Andinos.
Bueno, de entre todos mis colegas del interior, Mélinton es de los más cercanos a mi persona. Como debes saber, Palito Ortega (NR: quien disputa con Eusebio la potestad del Jarjacha) ha sido el principal impulsor de nuestra agremiación. Es obvio entonces el porqué de la ausencia de Mélinton. Yo igual le extendí la invitación. Lo he estado llamando pero su teléfono no responde. De todas formas, tarde o temprano se sumará a nosotros. Nuestra idea es congregar a la mayor cantidad de gente posible. Queremos compartir comentarios, darnos cuenta de nuestros errores juntos, y darnos la mano en lo que sea necesario para mejor como conglomerado.

Una última pregunta. Luego de haber recibido dos premios para la realización de su tercera película, Sobrevivir en los andes, ¿cuál es su próximo proyecto?
Precisamente, recaudar los fondos necesarios para realizar Sobrevivir… en celuloide. Estoy en busca de una coproducción que me permita seguir participando en concursos que me ayuden a financiar mi película. Esperaré lo que sea necesario para por lo menos filmarla en 16mm o en súper 8mm.

Diego Cabrera
Los fotogramas corresponden a la película El Abigeo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena iniciativa pero incompleta el blog, el principal exponente del cine peruano del interior del peru, palito ortega, no aparece en el blog, pense ver informacion a cerca de sus trabajos. espero q a la prontitud cuelguen algo ps.
suerte en el blog
ah, cuelguen trailer, fotos de rodaje, detras de camaras , seria buena vox.

Romulito lindo del Peru.

chao

pantalla interior dijo...

Gracias por las sugerencias, y no se desespere. La próxima edición del Blog, a salir en la quincena de diciembre, estará dedicada precisamente a Palito Ortega.

Anónimo dijo...

ummm, saca de la web el blog hasta tener mas informacion sobre ese cine, parecen mermeleros. (o es el blog oficial de esos flamantes cineastas)

Anónimo dijo...

Entrevista interesante. Pero encuentro imprecisiones en la cita al texto de Balmes Lozano, quien no omite en ningún momento el mestizaje cultural, al contrario él postula, frente al colonialismo estético, la transgresión, o sea la creación de nuevas formas expresivas para plasmar con propiedad nuestras peculiares formas culturales. Tengo la impresión de que el entrevistador tiene una idea parcial del texto citado. Es gratificante la inquietud por estos temas. ¡Felicitaciones! JOSE IZÚA DOMINGUEZ