martes, 27 de noviembre de 2007

Crítica Jarjacha: El Demonio del Incesto

Dirección: Mélinton Eusebio
Protagonistas: César Noa Sebastián Macario, Ivón Flores Pacheco, Nilo Escriba Palomino, Mélinton Eusebio, Edgar palomino Medina, Editt Torres, Rolando Quispe.
Año: 2002

Durante el último año el video digital se ha convertido en el soporte fundamental de varios nuevos y jóvenes directores peruanos, quienes con talento o sin él, se han abocado a la realización de películas de diversas temáticas.

Uno de estos incipientes videastas es el ayacuchano Mélinton Eusebio Ordaya, quien presentó su largometraje "Jarjacha: El Demonio del Incesto" fuera del circulo comercial. La primera impresión que nos deja su trabajo es la de estar ante un realizador amateur cuya discreta vocación artesanal se nota en cada plano. Lo que nos lleva también a considerar que se trata de un autodidacta con un marcado interés en el género fantástico.

La suya es una cinta que apela a conocidas fórmulas de la narrativa sobrenatural. Para el caso, tres estudiantes universitarios que arriban a una lejana comunidad campesina con la finalidad de estudiar el nivel de pobreza de sus habitantes. Y como en cualquier típico relato de terror, los jóvenes encuentras un lugar con la atmósfera enrarecida, en el que la gente se comporta de manera extraña.

Poco a poco los forasteros van descubriendo que la conducta incestuosa de más d eun campesino genera la aparición de los "jarjachas", personas cuya pecaminosa conducta los hace ser considerados como demonios por cierta tradición mitológica andina. Estas personas se transforman en llamas tras la culminación del pecado y emiten unos gemidos similares a los de estos lanudos mamíferos.

Pese a la modestia de recursos, la planificación del relato denota en Eusebio Ordaya una preocupación por generar tensión y, sobre todo, darle un gran vuelo dramático terrorífico a la historia a partir de la exposición de los "jarjachas". Sin embargo, el realizador no puede evitar que el amateurismo se imponga. No solamente a nivel de las actuaciones, que son muy débiles (estamos ante actores no profesionales), sino también en la propia puesta en escena, en la que hay visibles problemas de ritmo y continuidad.

Habrá que esperar futuras películas del videasta para ver si es capaz de superar el modesto nivel artesanal de "Jarjacha..." y ver si se puede empezar a hablar de un realizador a tomar seriamente en cuenta.

Enrique Silva

(Crítica extraída de la revista Tren de sombras Nº 01,marzo 2004)

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