martes, 27 de noviembre de 2007

Crítica El Huerfanito


Dirección y guión: Flaviano Quispe
Protagonistas: Vladimir Estofanero, Kenjy Hilasaca, Laureano Mamani
Perú, 2004
Después de El Abigeo, producción inspirada en el cuento Ushanan-Jampi de Enrique López Albújar, el realizador puneño Flaviano Quispe estrenó en las pantallas capitalinas su segundo largometraje: El huerfanito. Con trazos neorrealistas y de película de la india, la historia del pequeño Juanito, el típico niño de un pueblo del Ande peruano comienza con la muerte de su madre, y es a partir de este hecho que se desencadenan una serie de peripecias que van a reforzar el tono dramático del relato.

Comparado a su realización anterior, hay ciertamente una evolución en el trabajo de este director, aunque la cámara parece a veces cargarse de cierta timidez en la aproximación hacia el relato. El video digital le ha permitido probar nuevas maneras de presentar visualmente las acciones, pero abusa en ciertos momentos de sus posibilidades para corregir ciertas falencias del rodaje, sobre todo con los acelerados en los planos de transición. El manejo de los tiempos se vuelve en contra de la atmosfera que se quiere imponer, pues apela más a nuestro referente de las comedias del cine mudo, que a la cobertura del drama descarnado.

El ritmo se vuelve uno de los defectos de esta cinta, pues hay un desequilibrio entre las acciones de los personajes y la presentación de situaciones. Esto se refleja principalmente en la secuencia del desfile, cuando Juanito contempla el interminable paso de bailarines, comparsas y músicos, en un festejo eterno.

El guión presenta también una serie de acciones que no se redondean a cabalidad y resultan inconexas entre sí, sobre todo en lo referente al grupo de criminales y sus motivaciones para asesinar a la madre de Luchito, amigo del protagonista. Hay vacíos que frenan el desarrollo de la historia y fuerzan los conflictos.

El trabajo con los niños siempre se ha tomado como uno de los grandes retos para el director, y ésta no es la excepción. Existe un cierto nivel de preparación que se ve opacado por los diálogos que los actores han tenido que aprenderse y que le quitan la dimensión infantil, esa frescura indispensable para una acertada construcción de estos personajes.

A pesar de todos sus problemas, el merito de esta cinta se encuentra en el esfuerzo de su realizador por sacar adelante un muy incipiente y casi inexistente cine de provincias. No muchos realizadores locales se pueden jactar de tener dos largometrajes en su haber y de contar con cierto grado de aceptación por parte del público del interior del país. Esta respuesta de los espectadores se da por el lado del reconocimiento en la pantalla de los personajes, las actitudes, los rituales. La identificación se torna más directa, gracias a una perspectiva más cercana a su realidad. Muy a su estilo, El huerfanito no tiene nada que envidiar a más de un estreno llegado a nuestra cartelera en estos últimos meses.

Guillermo Vásquez Fermi
(Crítica extraída de la revista Tren de sombras Nº 02, agosto 2004)

1 comentario:

Jon dijo...

Les puede interesar la crítica mía (en inglés) de esta película, que se encuentra aquí.